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Desarrollan forraje hidropónico en Mendoza

Desarrollan forraje hidropónico en Mendoza

Aseguran que es más barato que el pasto tradicional. Desde el INTA aseguran que en esquemas de engorde puede formar parte de la ración diaria. Durante todo el año, se puede utilizar para suplementar.

Aseguran que es más barato que el pasto tradicional. Desde el INTA aseguran que en esquemas de engorde puede formar parte de la ración diaria. Durante todo el año, se puede utilizar para suplementar.

Gino Furlotti es veterinario y productor ganadero, pero también docente en la escuela 4-182, Aída de Font, en Desaguadero (La Paz).

Cuenta que la alimentación siempre es un problema en los campos del secano, donde no tienen acceso a agua de riego ni a la posibilidad de generar pasturas. La mayor parte de los productores bovinos y caprinos de la zona son pequeños y cuando hay sequía los animales empiezan a comer cualquier especie vegetal, lo que altera el equilibrio del ecosistema y favorece la desertificación.

El productor detalla que en su finca impulsa el destete precoz y explica que en Mendoza sólo
se logra que el 50% de las vacas queden preñadas -suelen pasar un año improductivo por el bajo
peso y de ese 50%, apenas con la mitad se logra el destete a los 60 días o cuando el ternero alcanza los 60 kilos. En la mitad restante, el amamantamiento sigue y empieza a agotar las reservas de la hembra.

Pero para lograr el destete precoz se debe alimentar a los terneros, porque no es rentable venderlos a los 60 kilos, sino a los 100 o 120. Por eso, Furlotti empezó a pensar en alternativas al forraje, ya que un fardo de pasto cuesta $ 250 a $ 300 y el gasto en cada ternero es alto. Como es docente del colegio donde hace tres años se experimenta con el forraje hidropónico, decidió probar en su finca.

El productor resalta que no es la única alimentación sino un complemento, pero que resulta muy accesible, ya que tiene un costo de $ 2,80 el kilo, versus $ 7 u $ 8 del kilo de pasto. Además, se trata de un forraje vivo, con mayor digestibilidad, más proteínas y que aceptan mejor los animales. Menciona que el forraje hidropónico facilita la digestión de otras pasturas, más fibrosas, típicas de la zona del secano.

Dos meses atrás, decidió utilizar una pileta de natación en desuso y materiales que había comprado para armar un pequeño invernadero, con lo que la techó con nylon. Com el piso y las paredes son de cerámica, le resulta más sencillo limpio y desinfectado el lugar de germinación.

En una superficie de 30 metros cuadrados, obtiene unos 20 kilos por día, que es lo que necesita para los terneros. Sin embargo, ya está pensando en implementar un sistema de estanterías y repisas para poder suplementar a las vacas con déficit nutricional o previo al servicio.

Después de dos días de germinado, detalla, siembra las semillas de avena y en 14 días puede
cosechar. La tarea diaria, de la que participan su esposa Emilia y su papá Juan José, les toma unos 15 minutos por la mañana -cuando riegan- y otros 40 de tarde -cuando vuelven a regar y cosechan-, pese a que utilizan una regadera.

Para la Comunidad

Conociendo la difícil situación de los puesteros, por la falta de agua y alimentos, en 2018 comenzaron a investigar y practicar con forraje hidropónico en la escuela 4-182, Aída de Font, de La Paz. El docente Daniel de Castro resalta que se puede cultivar en cualquier parte y que no es necesario armar una gran estructura ni desarrollar una inversión importante. De hecho, en el establecimiento usaron un pequeño invernadero, tipo túnel bajo, y colocaron un nylon (reciclado de una silo bolsa) sobre el suelo, donde colocan las semillas.

Si bien en la escuela usaron riego automatizado para que no les falte agua a las plantas el fin de semana, también se puede regar a mano unas 4 a 5 veces al día. Así, detalla que el proceso es simple:

se lava la semilla con lavandina para quitar hongos y bacterias, se deja en remojo unas 24 a 48 horas en un lugar oscuro y se siembra sobre un piso de hormigón, cubierto con nylon o bandejas plásticas (con una pequeña inclinación para que el agua escurra). En unos 15 días, el forraje ha alcanzado los 25 centímetros y se le puede dar todo a los animales: raíz, pasto y semilla.

Un cultivo de 18 metros cuadrados, de donde se obtienen 40 a 50 kilos diarios, puede demandar
una inversión de $ 8 mil -con un sistema sencillo- y se puede producir hasta 6 o 7 veces más con
estanterías.

Investigación

La ingeniera zootecnista María Belén Camacho, quien trabaja en Agencia de Extensión Rural Santa Rosa, del INTA, comentó que van a utilizar la producción de la escuela de La Paz para realizar ensayos con animales y evaluar la ganancia de peso de distintas especies y edades diversas, según el tipo de alimentación. También pretenden evaluar las densidades de siembra
más convenientes para el forraje hidropónico.

Las ventajas, detalló Camacho, son que crece sólo con agua; que la calidad nutricional es excelente y la digestibilidad muy buena; que se puede producir durante todo el año; que constituye una opción para cualquier productor, ya que aunque se puede usar tecnología, no es imprescindible; y que sólo se necesita disponer de un poco de agua.

Suministrar forraje hidropónico permitiría suplementar a los animales para que se recuperen más rápido, produzcan más leche o se desteten antes.

Valeria Settepani, ingeniera agrónoma de la Agencia de Extensión Rural Santa Rosa, del INT dice
que el objetivo es seguir un método científico para medir la producción, hacer análisis del forraje
para investigar su calidad nutricional y ver qué momento sería el más adecuado para entregar este alimento hidropónico a distintos animales.

Aunque resaltó que no es conveniente alimentar a las vacas o cabras exclusivamente con el forraje verde hidropónico, porque podrían sufrir algún trastorno alimenticio, sumado a la oferta del pastizal, permitiría mantenerlos en condiciones en momentos de sequía. En tanto, en esquemas de engorde, puede formar parte de la ración de los animales. Durante todo el año se puede utilizar para suplementar la alimentación ya que tiene un alto contenido en vitaminas y aminoácidos y favorece la digestión de los pastos y arbustos más duros que los animales consumen en el campo.

En el Matadero

Cuando Miguel Dotto volvió a Mendoza, después de vivir varios años en Italia, se dedicó al abasto de carne. Como el emprendimiento es pequeño, cuando compran animales y los llevan al frigorífico, faenan una parte un día y el resto suele quedar tres o cuatro jornadas en el corral, por lo que hay que llevarles comida. Un año en que hubo dificultades para conseguir pasto en la provincia, recordó que en Europa había hecho un curso sobre hidroponia.

Después de varias experiencias de prueba y error, sobre todo con la temperatura y la semilla (usaba maíz, pero se le pudría, hasta que probó con avena), empezó a obtener unos 40 kilos diarios de forraje hidropónico, con menos de una hora de dedicación diaria. Aunque armó una estructura de estantería con 5 niveles -al colocar las bandejas inclinadas a ambos lados forman
una ligera v invertida-, con riego por aspersión automatizado que recuperaba el agua, Dotto resalta que la colocó en el interior de un galpón, en un rincón donde no recibía nada de luz natural, por lo que colocó unas tiras de luces led. También subrayó que no usa fertilizantes
porque probó de utilizarlos y no notó diferencias.

Sara Conte, periódico Los Andes (Argentina)

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