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Sector arrocero uruguayo en números

Sector arrocero uruguayo en números

Por Hernán Zorrilla, El País : Todo el sector arrocero uruguayo en números. La realidad de un rubro fundamental de la agropecuaria, que se desarrolla en más de 160.000 hás. generando mano de obra y divisas.

Sector arrocero uruguayo : El cultivo de arroz se realiza en departamentos del este, centro y norte del país. Más precisamente, se pueden ver arroceras en Rocha, Lavalleja, Treinta y Tres, Cerro Largo, Tacuarembó, Rivera, Paysandú, Salto y Artigas. Requiere de campos planos y fácil acceso a fuentes de agua. A diferencia de otras partes del mundo que tienen precipitaciones anuales en abundancia. En nuestro país el arroz se cultiva en un 100% bajo riego. Lo cual colabora a tener cierta estabilidad en los rendimientos interanuales y no depender en una porción tan grande del clima como sí sucede con los cultivos de secano

imagen de arroz sembrado, sector arrocero uruguayo

Según datos relevados por la Asociación de Cultivadores de Arroz, Gremial de Molinos Arroceros y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria. En la zafra 2020-2021 se sembraron 143.247 hectáreas de arroz. Más de 400 empresas productoras, a lo largo y ancho de los mencionados departamentos. Desplegaron inversión, logística, investigación y desarrollo para la implantación de este cultivo. La facturación por concepto del mismo superó los 450 millones de dólares anuales.

Uruguay es el sexto exportador mundial de arroz, y es extremadamente apreciado por la calidad de su producto. A diferencia de lo que sucede con varios de sus competidores, no es subsidiado por el Estado y exporta el 95% de su producción. Esto quiere decir que exporta muchísimo más de lo que destina al mercado interno.

Un ciudadano uruguayo promedio consume alrededor de 11 kilos de arroz en un año, frente a unos 80 o 90 kilos que pueden consumir algunos ciudadanos asiáticos. No obstante, ese 5% que queda en nuestro país es suficiente para abastecer las necesidades del mercado uruguayo.

imagen de planta de arroz, sector arrocero uruguayo.

Variedades y rendimientos del sector arrocero uruguayo.

En la última zafra se sembró arroz largo fino en un 90% de la superficie cultivada. Según información facilitada a Rurales El País por María Eugenia Bica, integrante del Departamento Técnico de ACA. Un 39% perteneció a INIA Merín, un 23% a Inta Gurí, un 12% a INIA Olimar y un 8% a INIA Tacuarí.

Esto marca que casi un 70% del área sembrada pertenece a cultivares desarrollados por INIA. Al tiempo que se decretó el final de una época para una de las variedades más renombradas en los últimos 20 años: El Paso 144 que ocupó un 1% de la superficie. En algún momento, supo ser la variedad más sembrada en el país y la región. El área Clearfield en los últimos 3 años se ha mantenido en el eje del 25%.

En cuanto al rendimiento, los productores arroceros de nuestro país han pasado en los últimos años de unos 6.600 kg por hectárea al excelente rendimiento de 9.450 kg por hectárea de la última zafra. Con una tasa de crecimiento de 50 a 100 kg por hectárea por año según zona. Si bien este incremento ha sido sostenido, se aprecia que la región que más ha elevado su rendimiento ha sido el este del país.

Luego de casi una década de haber superado el mojón de las 8 toneladas. La última campaña registró en promedio casi 9 toneladas y media, lo cual marca un hito importante para el desarrollo del sector. Estos avances están sustentados en mejor manejo del riego, fertilización y genética, entre otros ítems.

imagen de arroz cosechado

Ventas y logística del sector arrocero uruguayo.

El arroz no escapa a la compleja situación logística que vive el transporte de commodities a nivel mundial, y aún resta un volumen importante de arroz de la última zafra por colocar. Además, es un cultivo que vale menos que otros por tonelada, lo que le quita competitividad.

Según datos registrados al cierre del mes de setiembre, en los primeros 6 meses de la zafra 2020-2021 se exportó menos de lo comercializado al 31 de agosto de 2020. Esta caída se adjudica fundamentalmente a una menor exportación de arroz cáscara. Hubo un enlentecimiento también generalizado y en la exportación de arroz blanco, que se situó en un 21% en cuanto a fluidez de negocios.

De todos modos, el precio promedio de los primeros 6 meses en todas las variedades, formas y subproductos fue de US$ 523 por tonelada, frente a los US$ 433 a esta altura de la zafra anterior. En lo que tiene que ver con el arroz blanco, el precio promedio fue de US$ 590 frente a los US$ 506 del año pasado.

Estas mejoras sustentaron el incremento en el precio provisorio recibido por el productor al 30 de junio de 2021, que se situó en US$ 12,30 la bolsa de 50 kilos sano, seco y limpio, con un dólar de sobreprecio para la variedad Tacuarí.

En lo referente a mercados, Irak se ubica nuevamente como el principal destino para nuestro arroz, y aún si no compra más hasta febrero del 2022 probablemente termine la campaña en dicha posición. Este mercado tiene los beneficios de poder colocar la producción en bodega y no utilizar contenedores, lo cual está siendo el gran inconveniente al día de hoy en los fletes marítimos.

Perú es el segundo mercado en orden, pero este sí ha sentido un fuerte impacto por el encarecimiento de fletes marítimos. En busca de soluciones y según información aportada por Nicholás Lawlor, presidente de la Gremial de Molinos Arroceros del país. Se concretó a este destino en las últimas semanas la colocación de unas 15.000 toneladas de arroz blanco con precios de 130 dólares por tonelada en flete frente a los 300 dólares que se requería en contenedor, por embarcar en bodega de navío.

Brasil es el tercer mercado en importancia, y por tratarse de exportaciones realizadas en camiones ha sido menos perjudicado que el destino peruano, por ejemplo. No obstante, el país norteño tiene este año una mejor producción interna, sumado a que ha importado volúmenes significativos de arroz de Paraguay.

La industria ha logrado sostener en buena medida los precios, pero en contrapartida se ha vendido menos y muchos negocios concretados se han anulado por no poder transferir los valores FOB acordados tiempo atrás. A modo de ejemplo, el flete se ha multiplicado entre 6 y 7 veces frente al valor de marzo de este año. El desafío está en encontrar oportunidades rentables de cara a lo que resta vender de la última zafra.

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